Un fenómeno menos conocido que las auroras polares, pero no menos espectacular, son las columnas o postes de luz.
Su origen es totalmente natural. Se crean por la refracción de la luz (del Sol, la Luna, farolas de una carretera, de las ciudades, etc.) en los cristales de hielo de la atmósfera.
Casi siempre se observan antes del amanecer o justo después de la desaparición del Sol en el horizonte, y normalmente en latitudes próximas a los círculos polares.
Las condiciones meteorológicas necesarias son muy precisas: temperaturas muy bajas (por debajo de los 20 grados centígrados bajo cero), ausencia de viento o vientos muy suaves y presencia de cristales de hielo hexagonales planos o cilíndricos en la atmósfera.
Aunque su apariencia es la de rayos de luz en realidad están originados por la acción de millones de pequeños cristales de hielo.
Su coloración es muy variada. Las originadas por la luz del Sol suelen tener colores rojizos, las de la Luna colores blancos o azulados, y las de las ciudades en función de la luz empleada.
En las fotografías se han podido apreciar las variadas manifestaciones de este raro fenómeno, que desgraciadamente sólo es posible observar en algunos lugares de la Tierra.
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1 comentario:
¡Realmente la naturaleza es extraordinaria!
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