Todos conocemos alguna vivienda en la cual la calefacción centralizada del edificio obliga a abrir las ventanas, por la temperatura elevada que alcanzan las habitaciones durante el invierno. Esto ocurre cuando la climatización del edificio es antigua o está mal diseñada.
Las estimaciones de pérdidas de energía por sobrecalentamiento de los edificios oscilan entre un 15% y un 30% de la energía empleada en la climatización. Una cantidad nada despreciable, dado que el gasto energético en mantener la temperatura de las casas supone casi el 50% del total.
Una solución sería la instalación de válvulas, que en función de la temperatura, abrieran y cerraran los radiadores. Este tipo de aparatos existen, pero la solución en la mayoría de los casos es demasiado cara para implantarla.
Una empresa norteamericana ha encontrado una idea sencilla, obvia, eficaz y mucho más barata.
La idea consiste en rodear los radiadores con una caja que incorpora un ventilador controlado por un termostato.
Cuando la temperatura baja del nivel deseado el ventilador se enciente y hace que el calor se extienda por la habitación.
Si la temperatura supera el nivel indicado, el ventilador se para y el calor queda en el sistema y no se pierda por las ventanas abiertas.
Los datos de los termostatos se pueden monitorizar y enviar a la sala de calderas para regular la cantidad de calor que se genera.
La idea acaba de ganar el premio Clean Energy, promovido por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y dotado con 200.000 dólares.
Una idea que puede ahorrar mucha energía, emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y dinero, dado el número elevado de edificios que aun tienen sistemas de calefacción centralizados que no funcionan de manera eficiente.
Via: radiatorlabs.com
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