Los resultados de este estudio no son nada sorprendentes, pero la presentación de los mismos es ejemplar.
En este gráfico elaborado por la Federación Europea de Ciclismo (ECF) se comparan las emisiones de dióxido de carbono de tres formas de movernos: en coche (271gramos de dióxido de carbono por kilómetro), en autobús (101 gramos de dióxido de carbono por kilómetro) o en bicicleta (21 gramos de dióxido de carbono por kilómetro).
Está realizado únicamente para viajes cortos, que es donde los tres modos de transporte pueden competir.
Las cifras son conservadoras, para evitar que se le atribuya al estudio parcialidad.
En el informe se presentan conclusiones muy reveladoras, como por ejemplo que si en los 27 paises de la Unión Europea se alcanzara el uso de la bicicleta que actualmente tiene Dinamarca las reducciones de emisiones de dióxido de carbono alcanzarían entre 63 y 142 millones de toneladas al año.
Entre un 12% y un 26% de las metas que se ha fijado la Unión Europea para el sector del transporte en 2050.
El informe completo está disponible en ECF
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