Vincent Callebaut ha presentado este proyecto, que a día de hoy es solo parte un futuro posible, en el que intenta aunar una forma de transporte aereo sostenible mediante dirigibles y la generación de hidrógeno utilizando algas.
La ventaja que presenta frente a otras formas de producir biocombustibles es que no ocupa suelos agrícolas.
El proyecto está pensado para desarrollarlo en las proximidades de Shanghai, en el mar.
La producción estimada es de 1000 litros de hidrógeno por cada 330 gramos de clorofila, muy superior a cualquier cultivo destinado a biocombustibles.
Esta idea se complementa con una flota de dirigibles que requieren poco espacio en tierra. las aeronaves cuentan con energía solar y aerogeneradores.
La tecnología necesaria para desarrollar el proyecto está disponible hoy en día, aunque los costes lo hacen inviable actualmente. Quizá en un futuro no muy lejano lo veamos convertido en realidad.
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