Los investigadores Ernesto Gianoli y Fernando Carrasco-Urra han descubierto la primera planta en el mundo capaz de imitar a los huéspedes sobre los que crece, la especie Boquila trifoliolata.
Esta planta es capaz de aumentar hasta diez veces el tamaño normal de sus hojas, también de cambiar la nervadura y color de las mismas para que coincida con las de su huésped.
Aspecto de las hojas de Boquila trifoliolata cuando no crecen cerca de un huesped |
Esta enredadera
trepa sobre cualquier estructura vegetal o artificial.
Cuando crecen sobre árboles adquieren las características del árbol
anfitrión, para mimetizarse con él y evitar ser comidas por los
animales.
En rojo hojas de Boquila trifoliolata y en azul hojas de Rhaphithamnus spinosus |
Hay muchos ejemplos de mimetismo en el mundo animal, donde los animales son capaces de confundirse con el entorno; un caso muy conocido es el de los camaleones.
En rojo hojas de Boquila trifoliolata (de un tamaño diez veces superior al normal) y en azul hojas de Aextoxicon punctatum |
En las plantas existen muchos menos ejemplos y, hasta ahora, sólo imitaban a otra clase de plantas.
Éste es el primer caso conocido en el que una planta es capaz de cambiar la forma, tamaño y coloración de sus hojas según sus necesidades; es lo que se conoce como polimorfismo mimético.
Esta adaptación al entorno la puede realizar con diversos tipos de plantas; algo que la hace muy similar a un camaleón.
En rojo hojas de Boquila trifoliolata y en azul hojas de Fuchsia magellanica |
Los científicos sugieren que esta habilidad especial es un medio de la planta para evitar a los herbívoros. Las plantas que crecían sobre el suelo y no cambiaban su aspecto tenían un 33% más de posibilidades de ser comidas por los animales; y las que crecían sobre los árboles un 100% más de posibilidades que las que cambian su forma.
En rojo hojas de Boquila trifoliolata y en azul hojas de Myrceugenia planipes |
Aunque los investigadores no conocen el mecanismo que produce los cambios, apuntan a que las vides son capaces de detectar sustancias químicas de sus huéspedes o a de los microbios que viven en ellos y que estas señales activan los genes necesarios para mimetizarse con ellos.
La investigación se ha publicado en el último número de Current Biology.
Via: sciencedirect.com
Autor: |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos gustaría conocer tu opinión.
Desde aquí puedes participar en medioambiente.org y hacer un comentario sobre esta noticia.