Los objetos más cotidianos dejan de serlo cuando el el punto de vista cambia radicalmente. Esta fotografía puede ser un buen ejemplo de ello.
Una fresa observada de cerca se transforma en algo extraño.
Cada uno de los aquenios (que contiene una semilla) parece una pera que flota en un líquido rojo. Éste en realidad es el eterio (un tálamo o receptáculo floral que se convierte en fruto).
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2 comentarios:
Pues muy interesante no tenia ni idea que tenia la semilla en mi cara,gracias.
Muchas veces se nos pasan por alto cosas evidentes.
Gracias por tu comentario Cecilia.
Un cordial saludo.
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