Científicos de la Universidad de Míchigan están investigando la forma de aprovechar la energía biológica de los insectos (en este caso concreto de las alas un escarabajo verde) para alimentar pequeños sensores, micrófonos o cámaras que se instalarían en los animales. La energía cinética generada por el insecto al moverse es aprovechada para prolongar la vida de las baterías. Para ello se utilizarían generadores piezoeléctricos que aprovechan el movimiento de las alas o patas.
El objeto de la investigación es poder utilizar estos insectos para trabajar en entornos peligrosos para el ser humano; para recoger datos del entorno de una forma individualizada, pero a la vez masiva.
Tiene evidentes aplicaciones medioambientales si se usan para recoger datos como temperatura, composición del aire, presencia de contaminantes, etc.
Via: iopscience.iop.org
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