Esta construcción de Barcelona (España) tiene como característica más singular la envoltura inflable, que se encarga de regular la temperatura.
La membrana está realizada con Etileno-TetraFluoroEtileno (EFTE) y la cámara de aire que encierra está dotada con sensores que activan la pulverización de nitrógeno, lo que hace contraerse o dilatarse a la estructura según la cantidad de radiación solar recibida.
En los períodos de gran insolación la cubierta filtra el calor y los rayos ultravioleta en un 85%. Durante los períodos fríos la membrana se abre permitiendo el paso de la luz y el calor.
Aparte de la envoltura el proyecto tiene un tejado con placas fotovoltaicas y un jardín y un sistema de reciclado de agua de lluvia; ésta es distribuida como no potable por las cañerías del edificio y utilizada en el sistema de aire acondicionado.
La reducción respecto a una construcción tradicional del consumo energético es del 20%, principalmente en la climatización del edificio.
Un ejemplo novedoso de las posibilidades arquitectónicas en el campo de la eficiencia energética.
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