Las plantas aprovechan la luz del sol para sintetizar compuestos de carbono, que almacenan energía en forma química.
Un equipo de científicos de E.E.U.U. y Suiza han inventado una máquina que imita este proceso.
El mecanismo es sencillo. Con la luz del sol y un óxido de cerio, la máquina separa el dióxido de carbono y el agua, obtieniendo sustancias químicas que almacenan energía (hidrógeno y monóxido de carbono). Estas dos sustancias pueden ser utilizadas posteriormente en pilas de hidrógeno (de forma directa) o para fabricar metano.
El mayor inconveniente de la tecnología es su rendimiento actual (entre el 0,7% y el 0,8%). La mayor parte de la energía se pierde en forma de calor. Los investigadores aseguran que mejorando el aislamiento del prototipo se podría conseguir una tasa de conversión del 19%.
La aplicación más evidente es la creación de dispositivos que almacenen el excedente de energía de las plantas fotovoltaicas durante el día y lo suelten a la red eléctrica durante la noche.
Via: sciencemag.org
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