Científicos de la Universidad de Greenwich (Reino Unido) han presentado esta investigación sobre las aplicaciones de la biología a la construcción.
Se trata de un nuevo material de construcción que consume dióxido de carbono y protege la estructura de los edificios.
El nuevo material está formado por protocélulas, capaces de crecer y dividirse, que capturan el dióxido de carbono de la atmósfera y lo incorporan a su estructura biológica.
Una aplicación indirecta es la de fortalecer las estructuras de las construcciones es caso especiales como puede ser el de los edificios que soportan elevadas tasas de humedad. Los investigadores hablan en concreto de los edificios de Venecia, en los que se crearía un arrecife artificial de piedra debajo de las construcciones.
El concepto de edificio deja de ser estático y se convierte en algo dinámico, al crecer y variar su estructura como la de un ser vivo.
El concepto de edificio deja de ser estático y se convierte en algo dinámico, al crecer y variar su estructura como la de un ser vivo.
Otra de las aplicaciones sugeridas por el equipo investigador apunta a la creación de muros vivos capaces de almacenar agua y que utilizarían la energía del sol para producir biocombustibles.
Una novedosa investigación que aun está en fase de desarrollo y que puede tardar un tiempo en convertirse en algo cotidiano.
Via: gre.ac.uk
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